En Génova, en la Liguria, san Hugo, religioso, que, después de haber luchado largo tiempo en Tierra Santa, fue designado para regir la Encomienda de la Orden de San Juan de Jerusalén en esta ciudad, y se distinguió por su bondad y su caridad hacia los pobres.
De san Hugo, muy venerado en Génova (Italia), se cuenta un milagro que hace par con uno de Moisés: uno y otro han hecho salir agua de una roca; Moisés para dar de beber en el desierto al pueblo sediento, Hugo para que las lavanderas de un hospital pudieran lavar la blanquería de los enfermos pobres.
Hugo nació en Castellazzo Bormida (Alejandría de Italia) y vivió en Génova, entre los siglos XII y XIII. Fue capellán de la Orden religiosa y caballeresca de San Juan de Jerusalén, fundada un siglo antes para luchar contra los infieles musulmanes. En realidad los Caballeros habían sido expulsados por los musulmanes y obligados a abandonar el oriente, refugiándose en la isla de Rodas, primero, y luego en la de Malta. Es sabido que los Caballeros de Malta tienen su origen precisamente en esta migración de los antiguos combatientes cristianos.