miércoles, 1 de julio de 2015

Evangelio y Comentario del dia

Evangelio según San Mateo 8,28-34. 
Cuando Jesús llegó a la otra orilla, a la región de los gadarenos, fueron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros. Eran tan feroces, que nadie podía pasar por ese camino. 
Y comenzaron a gritar: "¿Que quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?" 

A cierta distancia había una gran piara de cerdos paciendo. 
Los demonios suplicaron a Jesús: "Si vas a expulsarnos, envíanos a esa piara". 
El les dijo: "Vayan". Ellos salieron y entraron en los cerdos: estos se precipitaron al mar desde lo alto del acantilado, y se ahogaron. 
Los cuidadores huyeron y fueron a la ciudad para llevar la noticia de todo lo que había sucedido con los endemoniados. 
Toda la ciudad salió al encuentro de Jesús y, al verlo, le rogaron que se fuera de su territorio. 

Palabra del Señor.


Comentario Por:
San Ignacio de Loyola (1491-1556), fundador de la Compañía de Jesús 
Ejercicios espirituales: reglas para un mejor discernimiento de espíritus

«Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestros corazones» (Col 3,15)
     Es propio de Dios y de sus ángeles, en sus mociones, dar una verdadera alegría y gozo espiritual, alejando toda tristeza y turbación suscitada por el enemigo. Por el contrario, es propio de éste último luchar contra esta alegría y consolación espiritual, proponiendo aparentes razones, sutilezas y continuados sofismas. Tan sólo Dios nuestro Señor da al alma la consolación sin causa precedente. En efecto, es propio del Creador, entrar, salir, producir mociones en el alma, atrayéndola toda entera al amor de su divina Majestad. Digo sin causa, es decir, sin ningún sentimiento anterior ni conocimiento de un objeto gracias al cual vendría esta consolación...

Santo y modelo de vida a seguir del dia

San Simeón el loco



San Simeón el Loco, anacoreta (522-c.a. 590)
San Simeón, apellidado el Loco, es uno de los santos más desconcertantes y originales que haya existido. Nació en Emesa, antigua ciudad de Siria, a las orillas del río Orontes, a principios del siglo VI.
Visitó los Santos Lugares con un amigo llamado Juan. En su viaje encontraron muchos ermitaños y decidieron imitar su vida sin tardanza. Primero estuvieron en un monasterio, cerca de Jericó. Después atravesaron el Jordán, en busca de mayor soledad, y se establecieron al oriente del Mar Muerto. Cada uno se construyó su laura o ermita, bastante distante la una de la otra, para no importunarse en sus oraciones.
Después de treinta años de vida de anacoreta, Simeón se sintió impelido a dejar aquellos parajes y volver al mundo para trabajar directamente por la salvación de las almas. Se separó de su amigo y regresó a su ciudad natal. Al pasar por Jerusalén meditó largamente ante el Santo Sepulcro sobre los peligros que podía acarrearle su nueva vida.-   Le parecía que había dominado todas las tentaciones que le habían asaltado en la vida eremítica. Sólo de una cosa dudaba: del amor propio, del orgullo.
¿En todas aquellas austeridades y rigores, no estaría de por medio la soberbia, el deseo de ser considerado como el mayor de los santos?.-   Para cortar de raíz este peligro, ideó un método original: hacerse pasar por loco. Y empezó sin demora. Entró en Emesa arrastrando de su cinturón un perro muerto que encontró en el camino.