Hijo de San Canuto, rey de Dinamarca. Al llegar a la mayoría de edad fue proclamado Conde de Flandes y de Amiens. Su gobierno sabio y benéfico y su santidad personal le ganaron el título de "el Bueno".
A raíz de un invierno muy largo y frio, comenzó a escasear los alimentos para la población. Carlos tomó medidas extraordinarias para que a los pobres no les faltara de comer. Algunas de esas medidas perjudicaron a los especuladores quienes tramaron su muerte.
Una mañana de 1127, cuando el conde oraba ante el altar de Nuestra Señora los conspiradores cayeron sobre él y lo decapitaron. Sus restos están en la Catedral de Brujas, Bélgica.
Su culto fue confirmado por León XIII en 1883.
Oremos
Que la poderosa intercesión de los santos mártires sea nuestra ayuda, Señor, y que su oración nos haga fuertes en la confesión intrépida de tu verdad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo
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