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de Sirmio, en Panonia, san Demetrio, mártir, muy venerado en todo el
Oriente y, de modo especial, en la ciudad de Tesalónica (s. III/IV).
Nació en la ciudad de Solún, Grecia. Sus padres, quienes practicaban el Cristianismo en secreto, lo bautizaron y le enseñaron la religión. Su padre, procónsul romano, falleció cuando Demetrio era mayor de edad. El
emperador Maximiano (s. IV) nombró a Demetrio gobernador y militar de
toda Tesalónica. La principal función de San Demetrio era defender la
provincia de los enemigos, obligándolo el emperador a que exterminara
también a los cristianos. Demetrio en lugar de esto comenzó a eliminar las costumbres paganas y a los paganos los convertía a la fe cristiana. Pronto llegó
a oídos del emperador que el procónsul Demetrio era cristiano; y
sabiéndolo Demetrio, se preparó para la muerte, repartió sus
pertenencias a los pobres, haciendo una vida de ayuno y penitencia. El
emperador recluyó al procónsul y comenzó a distraerse con escenas de
gladiadores y circos, donde llevaba a la arena a los cristianos. El
conocido gladiador Liaco fácilmente dominaba a los sumisos cristianos
en las luchas y ante la exaltada multitud los arrojaba sobre las lanzas
de los guerreros. El joven cristiano San Néstor, visitó a San
Demetrio en el cautiverio y San Demetrio lo bendijo para un combate
cuerpo a cuerpo con Liaco. Reforzado por Dios, San Néstor venció al
orgulloso gladiador.
En cuanto Maximiano conoció la razón por la
que Néstor había ganado, ordenó que San Demetrio fuera traspasado con
las lanzas de sus celadores, y que San Néstor fuera decapitado con su
propia espada. El cuerpo del mártir San Demetrio fue arrojado como alimento para las bestias, pero los pobladores lo sepultaron en secreto. Durante el
gobierno del emperador Constantino el Grande (324-337) ante la tumba
del mártir San Demetrio fundaron un templo y a los 100 años fueron
encontradas sus santas reliquias. La biografía de san Demetrio dice que liberaba reclusos de las manos de los contrarios y les ayudaba a llegar hasta Solún. Desde el
siglo VII junto a sus reliquias comenzó a fluir una aromática y
milagrosa mirra, lo cual se divulgó en esa época. "por su composición
no es agua, es más espesa y eso no se parece a ninguna sustancia
conocida por nosotros... Es sumamente aromática no solo de lo
que conocemos como artificial sino en relación a todo lo creado por
Dios." |
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